Quizás sí estoy mejorando, ya no hablo en segunda persona. Pero sigo sin explicarme. Sigo sin responder a "cómo es ella".
Seré muy explícito:
Ella es así, aunque tiene los ojos mucho más bonitos.
Cuando la conocí acababa de morir su abuela, a quien ella quería mucho, y había tenido desencantos amorosos por lo visto muy dolorosos. Así que, lo había pasado mal, y había engordado bastante. Me negaba a verlo, y la verdad es que no tiene importancia. Es hermosa igual, y siempre me preocupé de hacerla sentirse guapa, diciéndoselo todo el tiempo. Pero sí es cierto que adivinaba su cuerpo más modelado y, muy dentro de mi, maldecía no haber llegado antes, no haber conocido esa figura perfecta que me enseñaba en docenas de fotos.
Porque cuando la conocí, después de esa primera cita llena de timidez y delicadeza, no dejamos de mandarnos mensaje tras mensaje en el teléfono. Y ella me llenó de fotos suyas. Yo le mandaba fotos de flores que encontraba por la calle, y creo que nunca lo entendió.
El que me mandara fotos suyas podía molestarme por lo egocéntrico del acto, fue una cantidad enorme, de ella de noche, de día, con amigas, ella de niña, de adolescente, su foto de carnet de biblioteca del colegio, en fiestas, en bodas... pero es que yo estallaba de felicidad al ver que era tan absolutamente deliciosa en todas, al ver cómo un vestido rojo dibujaba una curva escalofriante, la forma envuelta por la media de seda, el gesto a la vez elegante, desenvuelto, desafiante, todo acentuado por un tacón tan bien vestido. Ella con doce años, seria, de mirada estricta, pero unas facciones harmónicas y misteriosas, que sé que hubieran hecho caer enamorado automáticamente a un Pablo de 12 años.
Me duele muchísimo no tener ni una de esas fotos. No hay prácticamente fotos de ella en la web, sólo unas pocas que tengo desgastadas de tanto acudir a ellas, una y otra vez. Tuve en mi buzón fotos que necesitaba ver cada quince minutos para inflamarme de alegría, y no me queda nada de ella, no puedo ni permitirme quemar sus fotos, porque simplemente no están.
A ella le sorprendió mucho que me gustara esta que aparece en la búsqueda web:
Le sorprende porque está cansada, no tiene los vestidos espectaculares de aquellas imágenes con las que me inundó al principio, tampoco se ve el azul felino de sus ojos, y tiene el pelo largo que a ella no le gusta tanto (el look con media melena es más fuerte). Pero a mi me desmonta porque fue la primera vez que la vi con la guardia baja, sin una barrera de profesionalidad, pose, fuerza, algo que la defendiera del mundo. Y me pareció humana, con unos dientes preciosos y unos labios para comérselos, pero humana, vulnerable, alguien a quien yo quería cuidar, proteger, mimar.
Proteger, no hacer daño. Aun no entiendo qué pasó. Miraba esa imagen y ya empezaba a notar el tacto de su boca en la mía, y me aprendí la curva de su cuello para recorrerla a base de besos. Y a la persona de esta foto sólo la encontré en Bilbao, apenas un día. No la he vuelto a ver, ni la volveré a ver jamás, tan abierta.
Recuerdo lo que sentía con ella al lado, en su cama en Bilbao. Su cuerpo no era el de las mejores de sus fotos, pero igual era la playa cálida, de arena blanca, en la que yo quería naufragar para siempre. Y me empeñaría en aprender todos esos masajes drenantes y el manejo de los dedos para devolverle la más bonita de sus figuras. Simplemente por que se le quitara el complejo y pudiera venir de veras conmigo a una playa, desearía tanto sentir su piel calentada por el sol. No le gusta la playa, precisamente por estar casi desnuda en público. Hasta cierto punto es normal, pero yo necesito el sol
Sé que tendré que borrar este texto tan pronto lo leas. Sé que si ella lo ve, montará en cólera y me querrá matar en serio, quizás acabe ejecutando su amenaza y me eche encima la policía o yo qué sé... pero si se ve aquí, relacionada con esta historia que cuento, se acabó, hará lo posible por hundirme y pulverizarme. Y tiene razón, no tengo ningún derecho a esto. Sólo la necesidad de contarlo... ¿en público?
Nadie entra en este sitio, lo he mirado cuidadosamente. Nadie lo conoce. A nadie le importa. Nadie que la conozca entrará aquí. Es lo que me salva, me permite escribir con libertad. En el fondo me encantaría que ella leyera, por eso le he estado hablando a ella en los anteriores textos. Me encantaría que supiese que, como un imbécil, sigo enamorado, y que si mueve un dedo en esa dirección. me voy con ella. Que tiene todo el poder sobre mi. Pero entiendo que no le interese lo más mínimo.
Hay una cosa que me preocupó, aparte de todas las tonterías que dije en el texto anterior. Lo de que sea religiosa, conservadora, pija, rica... no, eso no me molesta, en absoluto. Que un día yo compartiera con ella una canción de Chico Buarque, y que dejara de escuchar a un tío lloriqueando en portugués, que era horrible. Eso no me sentó bien. Ninguna de las parejas que he tenido nunca, han despreciado la música que me gustaba. La música es importante. Y quizás no lograré explicarlo a todo el mundo, quizás sea muy personal... pero no puedo admitirlo, sencillamente... que no dejara pasar por su duro caparazón ni una gota de la poesía que le intenté dedicar.
---- sigo mintiéndome. Lo único que me hace daño, de todo lo que me hace, es que me ignore. Caetano Veloso o Milton Nascimento no están en su vida... me da igual. Yo no estoy en su vida, y ha construido un muro muy sólido y lleno de alambres para mantenerme lejos. Eso sí duele.
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