lunes, 2 de marzo de 2015

Y si tengo que decir...

Si tengo que hablar de ella, claro, tengo que hablar de lo que conozco de ella.

Y es muy poco.


Tengo que hablar de los aeropuertos. Nos hemos visto siempre en viajes, siempre estando fuera. Quizás los aeropuertos es uno de nuestros sitios. Fui a buscarla al aeropuerto de Bruselas, y la perdí por unos minutos, o se me escabulló entre la multitud. Quería darle una sorpresa. Fue al principio del todo, cuando aun no nos conocíamos. Pero creo que el que fuera a buscarla por sorpresa, y mi torpeza al no encontrarla, ... creo que esa historia la enterneció. Y para mí fue la primera pequeña decepción.

Fui a buscarla al aeropuerto de Bilbao. Ella venía de un viaje largo, cansada...   pero no sabes qué sonrisa traía. Le tuve que decir, "te recordaba hermosa, pero eres infinitamente más guapa aun". No esperaba que estuviera tan feliz, tan radiante, que me ofreciera ese regalo, después de la amargura de los días anteriores en que luchábamos contra nosotros mismos y contra la razón.

Y el aeropuerto de Milán, es el último sitio en que nos besamos, dramática-, patética-, loca- y apasionadísima-mente. Ese es nuestro final de Casablanca al que me refería. Si siempre nos quedará Bruselas, por qué tuvo que acabar así entonces??   Me cuesta entender qué sucedió, algo que fue tan intenso no puede morir así, sin más, ¿verdad?


Tengo que hablar de su terraza, en la que estuvimos charlando la noche en que la recogí del aeropuerto, cuando aun creía que podría resistir sin besarla. Y en la propia terraza, en la que yo la acariciaba el pie con mi pie, en la que hablábamos despacito y mirábamos estrellas y otras luces lejanas, ahí mismo ella se levantó y me dio un beso muy suave, que aun guardo.  Tiene un bonito piso (pequeño, pero precioso) en el centro mismo de Bilbao.

Tengo que hablar de sus vestidos. Le queda muy bien el azul, el rojo y el negro. Es elegante, clásica, coqueta. Está rompedora con su vestido rojo. En Bruselas, cuando fuimos a cenar la primera vez, se trajo un extraño pero atractivo body de algo parecido a cuero... estaba intrigado y quería tocarlo todo el tiempo para saber qué tacto tenía. Pero me quedó clavado en la memoria el vestido con chaqueta blanca que llevaba en Berlín. El blanco la hace brillar, su pelo es tan lacio, brillante, sedoso, ... vestida de blanco destaca su boca de vértigo y su pelo que invita a la caricia.


Conozco cosas tan superficiales de ella, apenas su coche, su cocina, sus pendientes...   pero qué es lo superficial después de todo. Dicen que lo más profundo de una persona es la piel.

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