martes, 28 de abril de 2015

La que habita mi sueño, la que envenena mi sueño, la que llena mis ojos.

Vienes del pasado. No de hace un año, no de hace tres meses. Vienes de entonces, cuando eras exactamente lo que yo siempre había soñado.


Eres tú, eres ella, la mujer bella que vive dentro de ti y que yo siempre vi, que yo siempre deseé. La que me escondes, la que ya no está.

La que he perdido.

lunes, 27 de abril de 2015

Ton beau fantôme

Sabes que caigo una y otra vez. Lo sabes, tú, el fantasma de Silvia que vives sólo dentro de mi anhelo. Lo ignoras tú, Silvia de carne y hueso y piel y pestañas, y labios y dientes, y uñas que solían clavárseme en los hombros, y dedos que solían buscarme en lo más íntimo, y que ahora ni piensas en mi un sólo segundo.



Caigo una y otra vez, y vuelvo a buscarte, a verte, a hablarte en sueños y ensueños. Me sorprenden a veces murmurando y hablando solo, pero es a tu fantasma a quien hablo. Son tus fotos las que busco y rebusco, y miro una y otra vez. Son nuestros viejos mensajes los que releo, constantemente. Es tu presencia que sigue viviendo en mis entrañas, en esa curva de mis vísceras que sigo sintiendo que tira de mi hacia el mundo del sueño, que sigue provocando vértigo y feliz locura de adolescente.

Y lágrimas.

En la ducha, lloro un disimulo tonto, pues nadie me ve, y si me vieran las lágrimas se fundirían con lo que me llueve del pelo. El pelo que tú me agarrabas con las manos que anhelo ver de nuevo, besar de nuevo, ver moverse como movías, como mirabas hacia un lado buscando una palabra, mordiendo ligeramente el labio inferior. Y por supuesto ver tus ojos en blanco.

Todo eso que no será ya más.

Pero quisiera saber si es cierto, si fue cierto, si fue mentira. Si alguna vez me quisiste o no. O fue todo un malentendido, un error, una equivocación. Si no me querías, qué sentido tiene, tuvo, qué sentido tiene mi dolor, mi estúpida expiación. Sin pecado, ¿qué es esta penitencia?, ¿por qué pesa esta cruz? Qué amargo este cáliz de vino, cemento y sangre.

Y lágrimas.